¡La patria es de quien la trabaja, no de quién la grita! reflexión desde Tzjoⁿ Noaⁿ

15 de septiembre y reflexión desde Tzjoⁿ Noaⁿ

En medio de la tragedia que envolvió a los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco, el gobierno del estado de Oaxaca emitió un comunicado en el cuál “en honor y solidaridad” con las personas que perdieron la vida y sus familias en el terremoto; se declara en Oaxaca la suspensión de los festejos patrios y solo -dice la circular- se realizará el “Acto cívico”.

Es así que este 15 de septiembre en San Pedro Amuzgos, las actividades iniciaron por la mañana; en todas las escuelas se realizaron actos cívicos y en algunas se preparó el tradicional pozole para los estudiantes, profesores, madres y padres de familia asistentes al acto. Declamaciones de la independencia, poesía y oratoria, honores a la bandera, las y los maestros en el acto cívico recordaron tanto en castellano como en Ñomdaa (en las escuelas bilingües indígenas) el grito de independencia que diera el Cura Hidalgo y las hazañas de los Insurgentes durante el movimiento que dio origen a lo que hoy conocemos como “Independencia de México”. Contaron del papel de nuestras abuelas y abuelos en tiempos de guerra y de cómo se derramó mucha sangre por lo que hoy se debe valorar y de cuidar la patria.

Por la tarde las autoridades Ejidales, invitaron al pueblo a asistir a la proyección de películas en el salón de sesiones dentro de la cual, el equipo de la oficina de CODIGO DH en la localidad, colaboramos para realizar  preguntas que pudieran abonar a la reflexión sobre nuestra historia, los avances y retrocesos de nuestro pueblo en materia de Derechos Humanos.

La reflexión que miramos desde Tzjoⁿ Noaⁿ es la siguiente:

El estado de Oaxaca, no solo ha vivido la pérdida de vidas humanas por la tragedia del sismo sino también la pobreza extrema de los pueblos indígenas y las injusticias. Desde la independencia recordamos que tanto antes como ahora siguen gobernando “Virreyes” que obedecen ya no a una monarquía sino a las corporaciones.

Hoy en día existe un techo de cristal para las y los indígenas en el cual existen más posibilidades de ascenso para el más blanco y menos para la piel oscura. Donde una clase alta o media alta “ilustrada” decide desde un escritorio por el destino de miles de personas sin consultarles de manera libre, previa, informada y en su idioma sobre las implicaciones que estos cambios tendrán sobre su vida y territorio.

Entre las y los asistentes se hizo presente la voz de que “las cosas siguen igual que cuando gobernaban los gachupines” solo han cambiado algunas cosas.

Los pobres siguen siendo pobres y seguimos siendo un país con la riqueza y los privilegios concentrados en unas cuantas manos y estas cuantas manos no son indígenas. Lo cierto es que después de consumada “la independencia” continuaron las rebeliones indígenas en el país porque solo se hizo “justicia” para los criollos y mestizos. Quedando en el olvido las demandas de quienes en la guerra de independencia, y en las que le siguieron, sin ninguna formación militar llevaron como su principal arma el valor y sus cuerpos, su machete, palos y pico (herramientas de trabajo campesino) para el combate y con eso derrotaron a ejércitos bien armados y adiestrados.

Los oprimidos a 196 años (1821-2017) han continuado exigiendo justicia, a veces se les mira y a veces no, ya no peleaban contra un ejército realista sino contra el ejército federal. Muestra de ello son el movimiento que se conoció como la Guerra de Castas de 1847 que culminó en 1901 y cuyo saldo fue cerca de un cuarto de millón de vidas humanas.

Continuando con la guerra en la Revolución Mexicana y los movimientos insurgentes que le siguieron: los movimientos estudiantiles, el partido de los pobres, el EZLN, Cherán, San Salvador Atenco, la Nación Yaqui, y un sin número de movimientos sociales regados en el territorio nacional.

En el estado de Oaxaca, persiste el movimiento magisterial, los movimientos sociales contra los megaproyectos en el ISTMO de Tehuantepec, la defensa de la selva y los bosques en los Chimalapas; la defensa de territorio contra el despojo en las playas oaxaqueñas como Roca Blanca y Tilzapote, la defensa del río verde contra la hidroeléctrica Paso de la Reyna; la defensa de la vida, el agua y los recursos naturales frente a las 344 concesiones mineras que hay en el estado; el plagio del arte textil; los 500 mil migrantes oaxaqueños en riesgo de ser deportados de Estados Unidos; la lucha de los pueblos afrodescendientes por el reconocimiento de su cultura y aportes a la patria; la defensa del maíz entre otros movimientos sociales que persisten en el estado al día de hoy.

Ahora se resiste no contra una monarquía sino contra un sistema extractivistas y una reforma energética que brinda privilegios a los grandes capitales.

Tanto en tiempos de Hidalgo y Morelos como ahora en México pareciera que existe una tendencia al olvido, el abandono y asesinato de las y los verdaderos héroes. Desde los más visibles como Hidalgo, Morelos, Zapata, Villa, Lucio Cabañas hasta los más humildes como María y Juan “X”.

Sumado a ello están los asesinatos contra los periodistas que sufrimos en el país dónde decir la verdad puede ser una condena a muerte; los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Acteal. En el actual periodo presidencial suman 106 asesinatos a personas que defienden derechos humanos; en este periodo suman miles de desaparecidos cuyas familias siguen clamando justicia. Incluso organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Alto comisionado de las Naciones Unidas han hecho serias observaciones al gobierno mexicano.

A pesar de que el grito de independencia no fue el 15 de septiembre sino el 16 y que fue el dictador Porfirio Díaz quién lo modificó para conmemorarlo con el día de su cumpleaños, estos 15 y 16 de septiembre son días importantes para recordar, hacer memoria y enviar un reconocimiento a quienes dieron ejemplo y han dado la vida por construir una sociedad más justa, digna y equitativa.

Llegada la noche, en el palacio municipal se congregó una considerable parte del pueblo para dar el grito en el balcón del Ayuntamiento, se tocaron las campanas y desde ahí nuestro edil grito: viva los héroes que nos dieron patria, viva Hidalgo, viva Morelos, viva San Pedro Amuzgos, Viva Oaxaca, viva México.

Mientras el grito de independencia se escucha en los balcones de los palacios y casas de gobierno de todo el país; una voz de uno de nuestros maestros rurales replica:

¡La patria es de quien la trabaja, no de quién la grita!

¡Viva México y vivan nuestros pueblos y comunidades indígenas!

¡Fuera el mal gobierno y los proyectos de muerte!