En el marco del Día Internacional de los pueblos originarios que se celebra cada año, hacemos un recuento de nuestra experiencia de compartir y aprender del pueblo originario de Tzjoⁿ Noaⁿ al cual de manera oficial se le conoce con el nombre que le otorgaron españoles y mestizos, San Pedro Amuzgos.
En este pueblo de bibliotecas y de tejidos finos (lo cual es motivo de controversias por el significado de Tzjoⁿ Noaⁿ) miramos una brecha “entre el decir y el hacer” de los Derechos Humanos, que se profundiza en la cotidianidad, difuminándose entre la cultura machista que prevalece en el interior de los hogares y de las instituciones locales. Con esto nos mantenemos a la expectativa de que las autoridades reconozcan de manera “oficial”, tanto en el discurso como en las acciones, la promoción de los derechos fundamentales establecidos en nuestra constitución. Por otro lado, como pueblo indígena existen distintas problemáticas que han nombrado las y los jóvenes en su mayoría indígenas:
“Nos gustaría que en la comunidad no hubiera más delincuencia; tener una comunidad sana, sin adicciones a las drogas o el alcohol, sin discriminación, sin división comunitaria ya sea por religión o partidos políticos y con un mayor compromiso comunitario”, respondieron al preguntarles acerca de los cambios que les gustaría presentar en su comunidad
Otro problema que ha nombrado la comunidad es la discriminación que prevalece al ir a pedir un empleo; donde muchos niegan ser indígena, porque esto en muchas ocasiones significa que el empleador pague menos por el trabajo a un indígena que a un mestizo. “Entre más blanqueado mayor remuneración”. Es una percepción que prevalece.
Sin embargo en este caminar en que nos hemos nutrido y compartido con la comunidad, nuestra línea de trabajo se ha enfocado en el acompañamiento a las Mujeres de todas las edades que viven las violencias (física, psicológica, económica-patrimonial, doméstica, obstétrica, verbal, etc.) lo que representa una grave violación a sus Derechos Humanos y nos mantiene observantes del nuevo Sistema de Justicia Penal, el cual no ha garantizado la máxima protección de una vida sin violencia hacia las mujeres en los términos de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (también conocida por sus siglas en inglés CEDAW).
Por ello, se han buscado alternativas para generar espacios de sensibilización con ellas y ha surgido la necesidad de trabajar con los hombres para el reconocimiento de los derechos de las mujeres; así también incidir en las escuelas para acercarnos a niños, jóvenes, madres y padres de familia como parte de la prevención de la violencia. Por otro lado a través de la asesoría Jurídica logramos una sensibilización con la ciudadanía de este pueblo originario para reconocimiento de sus derechos Humanos.
El día de hoy CODIGODH reivindica su trabajo en la comunidad amuzga y otros pueblos indígenas de Oaxaca; como organización de la sociedad civil partimos del principio de escuchar a los pueblos originarios dentro de su contexto y desde ahí colaborar.