La muerte nos hizo historia,
nos mataron pequeños, indefensos;
pero renacimos gigantes,
inmortales, y de nuevo, los más primeros.
Coro de Acteal
La Masacre de Acteal llevada a cabo el 22 de diciembre de 1997, en el municipio de Chenalhó, cometida por el grupo paramilitar de la región, es una herida en nuestra historia. Esta masacre fue anunciada por la violencia generalizada que existía en los territorios indígenas de Chiapas, como resultado de la estrategia contrainsurgente, misma que tiene sus repercusiones en los desplazamientos forzados recientes, en la Colonia Río Jordan, Chenalhó, y en los municipios de Chalchihuitán y Aldama.
La Masacre de Acteal fue consecuencia de la guerra contra los pueblos que se implementó a través del Plan de Campaña Chiapas 94’, de ahí la ocupación militar y paramilitar en las comunidades donde se generaron ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y desplazamientos forzados, entre otras graves violaciones a los derechos humanos, estas se cometieron de forma selectiva en las zonas Altos, Norte y Selva del estado de Chiapas. El objetivo era acabar con los indígenas en resistencia, específicamente en contra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, quienes se han levantado para existir en esta larga noche donde persisten los pueblos originarios.
A veintidós años de perpetrada la Masacre en Acteal, catorce años de haberse presentada la petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a ocho años de su admisibilidad, las víctimas y sobrevivientes siguen denunciado al gobierno mexicano como el responsable de este Crimen de Estado y por esta inconmensurable impunidad.
Los ataques a la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal (Las Abejas de Acteal) no han parado, han sido dirigidos para destruir su proyecto político autonómico y de paz. La estrategia del gobierno ésta encaminada a la cooptación política de las víctimas, utilizada para fortalecer su teoría discriminatoria respecto al origen de la Masacre de Acteal, para tergiversar la verdad.
Es por ello que a sus 27 años de lucha, Las Abejas de Acteal han dado testimonio del Lekil Kuxlejal (la buena vida). Congruentes en su andar diario, Acteal es un símbolo de resistencia. Es Tierra Sagrada de los Mártires, Casa de la Memoria y la Esperanza.
Para nosotras desde el Frayba es un grande honor el de acompañarles; hombres y mujeres gigantes de dignidad, aquí en estas tierras la resistencia y la esperanza es semilla, nos invita a transitar por las veredas de la libertad, abre el pensamiento hacia un sistema diferente al del capitalista de muerte, es por ello que reafirmamos nuestro compromiso de caminar bajo el ritmo de su lucha que reivindica el peso de las palabras: Memoria, Verdad y Justicia.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, a 22 de diciembre de 2019. Boletín No. 23