Si bien existe el Día Internacional de la Mujer que se conmemora los 8 de marzo de cada año desde 1977, en CodigoDH pensamos que todos los días son importantes para recordarnos que las mujeres tenemos derechos y deben ser respetados y garantizados.
En ese sentido, el 26 de marzo en coordinación con la Asamblea General del Pueblo de San Dionisio del Mar, conmemoramos las luchas de las mujeres que nos han antecedido en todo el mundo, para que ahora nosotras podamos nombrarnos como sujetas de derecho. Pero también nos reunimos para recordar que aún muchos otros, no nos son garantizados y que las mujeres jugamos un papel muy importante en la continuidad de la exigencia de nuestros derechos.
Conversamos sobre la importancia de nombrar una Conmemoración del 8 de marzo y no un festejo, porque estamos recordando hechos históricos que para nada ha sido fácil y que incluso han terminado en represiones, encarcelamientos, desapariciones y muertes de mujeres que lo han dado todo por cambiar el rumbo de nuestras historias.
En grupos de trabajo se realizo un breve recuento de los derechos de las mujeres que conocemos, se reflexionó el por qué es tan difícil que se respeten nuestros derechos y qué ocasiona que esto sea así. Al termino en collage pudimos leer las diversas opiniones y vivencias de las mujeres, algunas decidieron compartir en voz alta sus pensamientos y reflexiones, dando como resultado que la existencia del machismo y el patriarcado son dos factores que no han permitido el avance en el respeto hacia nuestros derechos.
Para finalizar la actividad, vimos “Huachinango rojo” (2023), un documental de Cynthia Lizbeth Toledo que aborda el tema de la virginidad como el máximo valor de las mujeres y las tradiciones-fiestas que se llevan a cabo en torno a eso, en la región del Istmo de Tehuantepec.
La mayoría de las mujeres presentes, sobre todo las mayores, se sintieron identificadas con el documental, compartieron que son tradiciones que siguen existiendo, pero que quienes las han vivido se han sentido incómodas y humilladas al ser exhibidas de esa manera frente a toda la comunidad en un tema tan íntimo.
Algunas otras dijeron que jamás permitirán que esas costumbres atraviesen a sus hijas, pues ellas son libres de decidir sobre sus cuerpos; alguna más les hizo la invitación a las asistentes a estar informadas, a no quedarse calladas frente a situaciones de violencia que puedan vivir en sus hogares, porque ya no están solas y deben hacer valer sus derechos.
¡Que la costumbre sea el respeto a los derechos de las mujeres!