En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las organizaciones civiles que conformamos la Plataforma de Derechos Humanos acompañamos a comuneras y comunero de Ayutla Mixe en su exigencia de respeto a sus tierras comunales, concretamente Rancho Minas y Rancho Ardilla, así como a dos mujeres (Balvina Quero y Paola Martinez) que han sido despojadas de su casa en Xoxocotlán y desde ayer se han instalado en huelga de hambre con la exigencia de que se les restituya el bien.
Bajo este marco, no podemos dejar de mirar la enorme cantidad de violencias que sufrimos las mujeres a nivel global. Las campañas para combatir estas realidades que son llevadas a cabo desde el Estado, nos recuerdan que la violencia es algo estructural que no puede terminarse por decreto; y mucho menos cuando estas violencias ocurren ante la mirada omisa, y por ende, cómplice, del gobierno: literalmente, a las puertas del Palacio de Gobierno en Oaxaca.
Citando a Rita Segato, “el cuerpo de las mujeres es un lugar por excelencia en el que se manifiesta el fracaso del Estado”. Un Estado que está más ocupado en armar calendas, comparsas y en vestirse de huipiles excelsos para aparecer en las fotos de los eventos del 25N.
Así también, el día de ayer se realizaría una reunión de diálogo con las autoridades municipales de Tamazulapam del Espíritu Santo misma que no se realizó ante la ausencia de las mismas, por lo que lxs comunerxs se instalaron en Palacio de Gobierno con la demanda de atención |y reunión pendiente por parte de las autoridades estatales y municipales correspondientes, demanda a la que se suma la Plataforma de Derechos Humanos de Oaxaca.
Pese a la indiferencia de las autoridades, la Plataforma seguirá acompañando la lucha de estas mujeres y otras por respuestas justas, siempre apegadas a derecho.