La violencia feminicida en Oaxaca: un clamor urgente por justicia y seguridad

 

En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, Oaxaca enfrenta una realidad alarmante: la violencia feminicida continúa arrebatando vidas, mientras las promesas de garantizar seguridad para las mujeres parecen quedarse en el discurso.

De acuerdo con organizaciones locales y cifras oficiales, Oaxaca se ubica entre los estados con mayor incidencia de feminicidios en México. Tan solo en lo que va del año, más de 100 mujeres han sido asesinadas por razones de género, un número que refleja no solo la brutalidad de estos crímenes, sino también la insuficiencia de las políticas públicas para prevenirlos y castigarlos.

A pesar de que la entidad cuenta con una declaratoria de Alerta de Violencia de Género desde 2018, su impacto ha sido limitado. Activistas y defensoras de derechos humanos señalan que las acciones implementadas han sido fragmentadas y carecen de un enfoque integral que contemple tanto la prevención como el acceso a la justicia. En muchos casos, la impunidad sigue siendo la constante: investigaciones deficientes, falta de perspectiva de género y nula protección a víctimas y sobrevivientes perpetúan el ciclo de violencia.

Las comunidades indígenas, además, enfrentan una doble vulnerabilidad. Mujeres zapotecas, mixtecas y de otros pueblos originarios denuncian que las violencias que padecen no solo son invisibilizadas, sino también ignoradas por un sistema que no entiende ni respeta sus contextos culturales y sociales.

En este día de reflexión global, el llamado es claro: el gobierno de Oaxaca debe asumir su responsabilidad de garantizar la seguridad de las mujeres, no solo mediante el fortalecimiento de las instituciones judiciales y de seguridad, sino también con campañas de prevención, educación en perspectiva de género y apoyo real a las víctimas.

La violencia feminicida no es inevitable; es resultado de sistemas desiguales que pueden y deben transformarse. Hoy, las mujeres de Oaxaca alzan la voz no solo por justicia, sino por el derecho básico a vivir libres de violencia. ¿Responderá el gobierno con acciones contundentes o seguirá evadiendo esta crisis? La respuesta, como la vida de tantas mujeres, no puede esperar.