Tocamos la puerta y el arte salió del rincón desde dónde observaba el movimiento de la vida en esta comunidad frontera entre la Costa Chica y la sierra Sur de Oaxaca. Nos recibió el Maestro Pedro Tapia Martínez, cuya obra artística fue calificada en el año 2000 como una de las mejores
del concurso “El derecho de la Mujer”, además de haber recibido otros reconocimientos. A Pedro Tapia le presentamos una propuesta para coordinar esfuerzos y crear un mural con participación de la comunidad en conmemoración del 8 marzo, “Día de la Mujer” que plasmara el sentir de las mujeres amuzgas respecto a tres ejes: la violencia contra las mujeres; el arte y el alcoholismo como detonante de violencia.
Previamente, el 25 de noviembre de 2017 cuando en conmemoración a las jornadas para la erradicación de la violencia contra las mujeres proyectamos la película de Las sufragistas en el Barrio San Nicolás de San Pedro Amuzgos a las mujeres y niños indígenas, algunas de ellas abuelas, de Tzjoⁿ Noaⁿ. Al final de la proyección la pregunta fue ¿En que se identifican con las mujeres de la película? Después de un silencio y de compartir las miradas una abuela comentó:
– “A nosotras como mujeres al igual que la película solo se nos reconoce de palabra para asistir a eventos públicos pero no en los hechos preguntándonos ¿qué queremos? en nuestro idioma y formas de participar; son los hombres quienes están decidiendo y cuando una participa a una le dicen que es mala mujer. Pero nosotras sufrimos, vemos por los hijos si se enferman, vemos por el marido que coma para ir a trabajar, vamos a las juntas de prospera, lavamos ropa, bordamos y hacemos de todo. Una cosa muy fea que vemos en nuestra comunidad y nuestras casas, es que lo que genera la violencia es el alcoholismo. El hombre se va a tomar con sus amigos y no le importa la familia, si se enferma, si ya comimos; así, cuándo le pedimos el gasto o le reclamamos porqué se lo gastó él se enoja y golpea a la mujer. Vamos con la autoridad, lo acusamos y no le hacen nada”.
Nosotras CODIGODH, somos parte de esta comunidad y somos testigos de que día con día, de manera alarmante, crece el número de cantinas, así como el consumo de alcohol y drogas. Hay más cantinas que farmacias, bibliotecas y lugares de esparcimiento sano para jóvenes y familias. La misión se torna difícil pero no imposible para de-construir una cultura distraída en modelos hegemónicos que bombardean el escenario cotidiano desde las redes sociales, que naturaliza la violencia contra la mujer y dónde el alcohol y las drogas se convierten en los paraísos artificiales de una comunidad campesina empobrecida frente a la crisis estructural del campo mexicano. Frente a ese escenario oscuro miramos al arte como una estrategia de resistencia, de re-existencia y de resiliencia ya que en ello caben los sentí-pensares comunitarios; las emociones, la cultura y la identidad para sabernos lo que somos y lo que valemos como mujeres, hombres, niñas y niños, indígenas y mestizos que queremos una comunidad más digna, justa y equitativa.
Gracias al maestro Pedro Tapia por dar muestra una vez más de que en la comunidad de Tzjoⁿ Noaⁿ existen talentos con una gran capacidad de perturbar a la comunidad a través del arte; con la sensibilidad de plasmar el sentir comunitario.
El orgullo de nuestra danza del tigre; de nuestro maíz, arte textil. Así como la sensibilidad de reconocer que existen problemáticas como la violencia que nos corresponde a toda la comunidad afrontar. Organizándonos, participando, escuchando a los vecinos, rompiendo el silencio pero sin hacer chisme, haciendo colectivo, haciendo musculo comunitario y ciudadanía responsable. Cuidando y acompañando a las nuevas generaciones que son la semilla de lo que queremos que sea nuestra comunidad.