Como cada año el 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y se organiza entorno a un tema que sirve para centrar la atención ante una problemática.
El tema de este año, según la Organización de las Naciones Unidas, se centra en “la conexión de las personas con la naturaleza, y nos anima a que salgamos al aire libre y nos adentremos en la naturaleza para apreciar su belleza y reflexionar acerca de cómo somos parte integrante y lo mucho que de ella dependemos”
También es una fecha que nos lleva a reflexionar acerca del papel y del compromiso que los seres humanos tienen con su medio ambiente, como individuos, colectividades y desde las empresas.
Según la ONU “Es difícil asignar un valor monetario a los dones de la naturaleza”. Sin embargo, los economistas están desarrollando maneras de medir el valor multimillonario de los denominados «servicios de los ecosistemas».
Oaxaca es un ejemplo de cómo las empresas han sabido ganar ventaja de los recursos naturales a través de las ya conocidas Zonas Económicas Especiales (ZEE). La Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (AFDZEE) ha identificado 95 proyectos de infraestructura (destacan Mineras, Eólicas e Hidroeléctricas), que en los próximos 10 años sumarían inversiones por más de 5,134 millones de dólares.
De las cuales, para su implementación, se ha utilizado al medio ambiente como un discurso desde la supremacía de sus propios intereses y no como algo que están dispuestos a procurar o respetar a favor de su permanencia.
Al aire limpio, por ejemplo, “no solemos apreciarlos hasta que pasan a ser un bien escaso”.
Los megaproyectos de energía, como ya lo hemos denunciado anteriormente, impactan en el medio ambiente. En el Istmo los parques eólicos están ocasionando la contaminación de tierras y agua por los aceites que derraman; afectando la actividad agrícola, la flora y fauna del lugar, olvidando que las energías renovables en principio deben ser amigables con el medio ambiente y la sociedad.
Es preocupante también el incremento de conflictos socioambientales en México, ante la ausencia de medidas efectivas de reconocimiento y protección para quienes defienden y promueven los derechos al territorio, al medio ambiente y aquellos ligados al acceso a la tierra.
Dejando expuestos a defensoras y defensores a asesinatos, ataques, amenazas o a procesos de criminalización por las causas que defienden o por el contenido de sus reivindicaciones. CODIGO DH documentó 35 agresiones contra defensores del medio ambiente en Juchitán durante la etapa de consulta con solo el 0.5% de participación de población.
Desde CODIGO DH decimos ¡Alto a megaproyectos que solo usan el discurso de verde y sustentable sin tomar en cuenta a la población local y su entorno!.