“Las mujeres hemos evolucionado bastante, ya no se siente el temor de salir a la calle, ya hasta sólitas se van” (sic) Urfila Muñoz durante la conmemoración del ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, San Juan Cacahuatepec, Oaxaca.
En la región de la costa de Oaxaca, las mujeres tienen un papel muy importante en sus comunidades, en su cultura, en el campo, en la familia, en las fiestas patronales, en los rituales religiosos, en las escuelas, en las asambleas, en el comercio, en la salud, en la política, por mencionar algunos; a pesar de la discriminación que han vivido desde épocas pasadas, muchas de ellas han dejado de tener miedo y comienzan a generar grandes cambios que contribuyen al reconocimiento de sus derechos humanos.
Las mujeres de Tzjon Noa han participado en los últimos años en actividades que les permite reconocer sus derechos como mujeres y poder mirar a su alrededor para darse cuenta, que a lo largo de los años, la violencia y la discriminación que vivían con normalidad y que consideraban como una condición de su propio género y supervivencia, solo forman parte de un pensamiento equivocado que se ha ido desmoronando al tiempo que ellas toman sus propias decisiones y se incluyen en actividades que solo eran permitidas a los hombres de su comunidad.
El camino no ha sido fácil, aunque nos cueste decirlo, la violencia y formas de discriminación persisten, “queremos que existan más espacios en donde poder compartir lo que vivimos todos los días, queremos decir muchas cosas, pero sin tener miedo a ser señaladas, a ser golpeadas”, es la voz de una joven, que al escucharla, se puede pensar que para su corta edad, serán las nuevas generaciones las que destruyan esa brecha de desigualdad de género.
“Nos dicen que hoy es nuestro día, pero que no se supone que todos los días nos deben respetar, hasta nos felicitan y hacen festivales donde aprovechan para darnos flores y decir lo importante que somos, después de eso, todo sigue igual, aunque se crean leyes para proteger a las mujeres, es el mismo gobierno y autoridades, que no las cumplen” menciona por su parte otra joven, originaria de Santa María Zacatepec.
La joven hace memoria sobre el origen del día de la mujer y recuerda el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York donde más de 140 jóvenes trabajadoras murieron.
“Ahora hasta hacen festivales, mucha gente llega a las plazas o donde lo hagan y a veces ni saben de la importancia de este día, la realidad es que la mayoría es gente pobre que aprovecha estos días para ir al festival porque ahí te dan de comer bastante y luego dan cosas, pues aprovechan” comparte desde una banca mientras observa fijamente la figura de una mujer que porta un huipil bordado, originario de Amuzgos y que han puesto como monumento en medio del parque municipal en Tzjon Noa.
Ese mismo día en San Juan Cacahuatepec, se realizó una marcha de mujeres, con la banda de música de la región,”si violentan a una, nos violentan a todas” se puede leer en una pancarta que porta una mujer de unos 50 años de edad, en un recorrido por la población para después concentrarse en el centro, donde se llevó a cabo un programa socio cultural.
“Las mujeres hemos evolucionado bastante, ya no se siente el temor de salir a la calle, ya hasta sólitas se van” (sic) comparte después Urfila, quien es representante vocal de Prospera.
Ahí Urfila Muñoz dio un mensaje para todas las mujeres y para la comunidad en general, “Las mujeres no queremos que nos echen la mano, sino que nos la quiten de encima” fue parte del mensaje que compartió esa tarde y que seguramente será recordado por muchas y muchos de los presentes.
Han pasado ya trece años desde que en dicha población el Comité de Mujeres de Apoyo Social (CMAS) comenzó la lucha por los derechos de las mujeres en Cacahuatepec, y al parecer no ha sido en vano.
Este ocho de marzo, las mujeres indígenas aprovecharon para hacerse escuchar de distintas formas, hacer un llamado a la lucha por la igualdad, por el respeto, por sus derechos, para generar cambios que les permita tener una vida libre y al final lograr, que la costumbre sea… el respeto a los derechos humanos de las mujeres.