La palabra, participación y lugar de los jóvenes en San Pedro Amuzgos

¡Esta respuesta es buena! cuando vamos con los abuelos y les decimos lo que queremos hacer y como lo queremos hacer ellos nos responden que ya creceremos, que ahora somos niños y ya nos tocará nuestro tiempo de participar cuándo crezcamos-.

 

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El pasado viernes integrantes del Comité de Defensa Integral de Derechos Humanos Gobixha A.C. (CODIGODH)  realizaron un taller con jóvenes  de la preparatoria de la UNAM ubicada en la parroquia de San Pedro Amuzgos.

El tema fue la participación de la juventud en el plano político, en lo social, en lo económico y en lo ecológico.

“A veces en los pueblos indígenas dejamos de mirar cómo es que el sujeto joven se disuelve entre la cotidianidad y los usos y costumbres” comparte uno de los integrantes de CODIGODH.

Desatacaron que en el plano político; la juventud amuzga no tiene representantes  (de los intereses particulares de este sector); que incidan en una política local para la juventud; no hay representantes de los jóvenes, en los barrios, colonias y escuelas. Nos atrevemos a decir que en San Pedro Amuzgos, al día de hoy, no existen colectivos de jóvenes con capacidad de interlocución frente a las diferentes autoridades para presentar sus propias demandas como sector, grupo o colectivo.

Se es niña o niño desde que se nace hasta el momento del matrimonio o cuándo se es un adulto “solterón(a)” independiente con oficio, profesión y solvencia económica que sustente su participación en la toma de decisiones entre algunas otras formas y matices; pero por lo general se es niña(o) o se es adulto.

“Existen adultos menores de 18 años con la responsabilidad de ser cabeza de familia y con ello participan en la toma de decisiones y la tenencia de la tierra pero eso no necesariamente significa ser joven en la comunidad” compartieron los jóvenes durante el taller; en todo caso se es un adulto en un cuerpo con mucha fuerza y con muchos años por delante.

La percepción a primera vista de la palabra política es algo que lxs jóvenes asocian casi automáticamente a los partidos políticos; lo económico con trabajo remunerado; lo ecológico ambiental con la biodiversidad y lo social con instituciones como la iglesia, la escuela y el gobierno. Tal vez al inicio de la actividad estos planos se miraban como algo ajeno.

A los jóvenes les gustaría que hubiera más cuidado de la naturaleza y una mayor limpieza en las calles; que hubiera mayor conciencia para aprovechar las capacidades y habilidades de la juventud.

“Nos gustaría que en la comunidad no hubiera más delincuencia; tener una comunidad sana, sin adicciones a las drogas o el alcohol, sin discriminación, sin división comunitaria ya sea por religión o partidos políticos y con un mayor compromiso comunitario” respondieron al preguntarles acerca de los cambios que les gustaría presentar en su comunidad

En cuanto a los recursos referentes al medio ambiente con que cuenta la juventud de la comunidad son el campo que basta con ir a visitar las siembras; los ríos, que hay que cuidar de la contaminación así como los cerros y montañas dónde hay plantas y animales como la pochota, el cedro, iguana, venado y armadillo. En lo social, asumen que cuentan con espacios en los cuáles es posible el encuentro para socializar e intercambiar puntos de vista. Estos espacios van desde sus propias comunidades y fiestas con fechas específicas hasta espacios muy concretos como la parroquia, la casa de cultura, el parque y la unidad deportiva.

En el plano económico, comentan las y los jóvenes que las oportunidades laborales en lo local son pocas y mal pagadas por lo que cuándo tienen hijos o responsabilidades se las tienen que inventar ya sea en el comercio local; ya sea en un establecimiento o por cuenta propia elaborando comidas o artesanías o como dicen popularmente de “chalanes” en la construcción.

En su mayoría en estos trabajos sin prestaciones sociales que les permitan el acceso a servicios de salud, medicinas, atención especializada o tratamiento si así lo requieren. Ante este panorama muchxs jóvenes optan por salir a buscar trabajo en otras ciudades o más al norte, allá dónde hoy los “republicanos” festejan la victoria de Donald Trump; ya que gracia a él –comenta una de ellas- volverán a ver por aquí a muchos de sus familiares en el pueblo.

La ilusión que persiste sobre Estados Unidos es que es un país donde hay trabajo y es posible soñar con una vida mejor al reunir el dinero necesario ya sea de “farmer”, en la construcción o en lo que se pueda en el país vecino con tal de regresar para poner un negocio en su pueblo estar con la familia y tener una vida digna y sin carencias.

“Las y los jóvenes tenemos derecho a cumplir nuestros sueños aquí en Tzjoⁿ Noaⁿ en el lugar donde hay bibliotecas y tejidos finos” culminaron.