DEL CUERPO AL TERRITORIO: MUJERES DEFENSORAS IKOOTS DE SAN DIONISIO DEL MAR

  • En marzo de 2019 comenzamos un proceso a partir del autocuidado colectivo con las mujeres de la Asamblea de San Dionisio del Mar, una comunidad que ha estado en un proceso de defensa de territorio frente a empresas eólicas extranjeras desde 2012.

 

Primera de dos partes

El día comenzó muy temprano. Viajamos por la mañana del 19 de abril para pasar los siguientes tres días en San Dionisio del Mar, una comunidad Ikoot ubicada en la región del Istmo de Tehuantepec, en el Estado de Oaxaca, muy cerca de Juchitán pero con una cosmovisión muy distinta. Debido a la pandemia ha sido difícil viajar con la regularidad que nos gustaría.

Nos recibió Roberta. Una mujer muy trabajadora que vive con su nieta Zoé. Ambas se acompañan, su hija trabaja en Cancún, como mucha gente de la comunidad que ha tenido que dejar el pueblo en busca de ‘mejores oportunidades’.

Roberta vende camarones, pescado, dulces y hasta productos de limpieza, así que a pesar del riesgo que representa el coronavirus, ella sale a vender a otras comunidades. Aunque Roberta siempre está atareada, nos esperó esa tarde y nos hizo sentir como en casa.

 

El cuerpo como territorio
Después nos reunimos con el grupo Tarde de Mujeres para hablar del cuerpo como territorio. Y casi desde el inicio nos dimos cuenta qué difícil resulta nombrar nuestro cuerpo, hacer consciencia de que es el primer territorio que habitamos. Platicamos entonces sobre la dificultad de ver nuestro cuerpo como un vehículo que nos permite vivir y sentir nuestra tierra, nuestra comunidad, el lugar que pisamos. Colocar nuestro cuerpo en el centro de nuestra lucha. Esa fue la reflexión.

Nos instalamos en el Casino Municipal, nuestro lugar, el que ha sido testigo de nuestros encuentros desde hace tres años. Comenzamos con una actividad con música, cerramos los ojos y escuchamos sonidos de los pájaros, voces y viento, tratamos de que por ese breve espacio el viento se llevara las preocupaciones, los miedos, la incertidumbre para poder disfrutar la tarde de mujeres, así, entre mujeres.

Después de eso, comenzamos con la actividad principal: hacer un mapa de San Dionisio utilizando la silueta de nuestro cuerpo, la intención fue la de colocar en la silueta los lugares que hay en la comunidad, las agresiones, violencias y peligros y por supuesto, las luchas.

Y entonces se hicieron presentes en el corazón/pecho: el mar, en los pies: las cantinas, en el cabello: la tarde de mujeres, en los hombros el parque eólico, en la rodilla una minera. En la segunda silueta dibujaron en el centro el mar y los campos, en los brazos, la drogadicción y la inseguridad; en los pies las cantinas, en la cabeza el Casino Municipal.