Continuamos tejiendo en Tzjoⁿ Noaⁿ esta vez para repasar otro “punto”: ¿Qué son los Derechos Humanos y que tienen que ver con el sexo y el género?
En esta segunda sesión con la comunidad iniciamos con la pregunta qué los derechos humanos en nuestra comunidad, los diferentes ecos que existen; algunos traen ecos de esperanza cuando se nombran las palabras respeto, defensa, igualdad, dignidad, protección, vida digna, justicia, equidad; hay otros ecos que se propagan para criminalizar a los defensores de derechos humanos cuando dicen que “defienden a la delincuencia”, que “no sirven de mucho porque como quiera no se respetan”. Respecto al Sexo y el Género algunos ecos fueron que han traído los “feminismos”, que han “alborotado” a las mujeres, y personas que ejercen sus roles y sexualidad de manera distinta que las demás personas.
Dimos un repaso breve sobre el proceso histórico de los Derechos Humanos; las atrocidades que se han cometido y siguen cometiéndose en muchas partes del planeta (incluido México) y los acuerdo internacionales entre los pueblos del mundo para salvaguardar la dignidad humana. Se comentaron sobre las guerras, el despojo y la ambición de poder que sigue vigente aún en nuestros días.
Respecto a lo anterior se abordó los derechos que tenemos todas las personas por el hecho de pertenecer a la especie humana y que nacemos con ellos independientemente de nuestra “raza”, sexo, nacionalidad, origen étnico, legua religión o cualquier otra particularidad que nos distinga del resto.
Según el marco de la Organización de las Naciones Unidas “tod@s tenemos los mismos derechos sin distinción ni discriminación alguna” derechos como la libertad de expresión, cultura, religión, educación, trabajo, vivienda digna; a vivir, a ser tratados con respeto, a la libertad, etc. todos ellos consensuados e incluidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada desde 1948 y que a la fecha se ha traducido a más de 501 idiomas.
En México la Institucionalización de los derechos Humanos es relativamente nueva ya que se les dio mayor énfasis a finales del siglo pasado, en 1999 es declarada en el Diario Oficial de la Federación la CNDH como una Institución con plena autonomía de gestión y presupuestaria (ver cndh.org.mx/Antecedentes)
Cabe señalar que esto no hubiera sido posible en nuestro país si la sociedad civil y los movimientos sociales no hubieran levantado la voz contra las injusticias que se propagan desde los espacios de poder. Además debemos mencionar que desde muchos años antes atravesamos por la lucha de los distintos gremios de trabajadores del campo y las ciudades en minas, fabricas, ferrocarriles, con electricistas, telefonistas, el magisterio; la defensa de territorio, reconocimiento de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
Las mujeres que lucharon por sus derechos civiles y políticos, la lucha por el reconocimiento de las identidades sexuales; algunas de ellas más radicales que otras dieron origen a la llamada “guerra sucia” entre el Estado y los movimientos sociales armados en las distintas geografías del país; todas ellas convergiendo en contra de las injusticias y con la promesa de una mejor vida para todas y todos con justicia, dignidad y respeto contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. De ahí destacan tres generaciones de derechos humanos: 1ra los civiles y políticos; 2da los derechos Económicos y sociales y 3ra los derechos de solidaridad o derechos de los pueblos.
En síntesis encontramos que los Derechos Humanos no son una invención sino una demanda y un parámetro de la sociedad para garantizar la justicia y una vida digna para todas las personas y que los gobiernos del mundo que la suscriben “deben respetar”. Debido a esta exigencia de la sociedad se ha detonado, y detonarán, un sinfín de procesos sociales y políticos que a la fecha han derivado en la institucionalización y su prioridad debe ser la protección de los sectores más vulnerables como las mujeres, la niñez y los pueblos indígenas. Sin embargo la vigilancia y defensa de estos no solo corresponde al estado, sus organismos “autónomos” y las organizaciones de la sociedad civil; nos corresponde a todas las personas en todos nuestros espacios públicos privados, comunitarios o individuales promoverlos y defenderlos.
Hoy en día nos enfrentamos a la polémica institucionalización de las consultas para aprobar megaproyectos que afectarán de manera directa a infinidad de pueblos y comunidades del país como son el caso del Tren Maya, los parques eólicos en el Istmo Oaxaqueño, el aeropuerto metropolitano y la interrupción legal del embarazo, por ser los más conocidos, entre otros.
En San Pedro Amuzgos (Tzjoⁿ Noaⁿ), la institución “oficial” más cercana que pude hacer recomendaciones y exhortaciones a instituciones, gobiernos y empresas es la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca cuyas oficinas adjuntas más cercanas se encuentran en las ciudades de Putla, de Guerrero y Puerto Escondido.
En cuanto al vínculo que hay entre los Derechos Humanos, el sexo y género sin entrar en muchas polémicas en esta sesión, discutimos que en la especie humana hay dos sexos que caracterizan a los cuerpos de quienes exigen el respeto a sus derechos, con rasgos físicos y biológicos tangibles al nacer con los que se nos asigna un sexo; masculino o femenino.
Posteriormente pusimos a prueba los lentes del género en la comunidad al repartir palabras al azar y pedir a l@s asistentes vincularlo a los masculino y femenino. De esta manera descubrimos que en San Pedro Amuzgos, se mira con sorpresa a mujeres al salir de la cantina y a los hombres usar zapatillas porque no es algo muy usual. Definimos el género como una construcción social cultural aprendida y reproducida con la que construimos nuestra identidad, y expresamos nuestras preferencias socio-afectivas. Es lo que “la sociedad espera de mujeres y hombres”. Como dicen: “el gusto se rompe en géneros”: mujeres muy masculinas; hombres muy femeninos, y así sucesivamente existen diferentes feminidades y diferentes masculinidades. El sexo y el género son dos términos complementarios sobre las características con que nacemos, nuestras elecciones y el comportamiento que aprendemos y reproducimos.
Con ello el principal vinculo que queremos destacar entre derechos humanos, sexo y género se basa en revisar las injusticias, privilegios y estereotipos en las relaciones entre personas de ambos sexos y sus roles en la casa, en el trabajo, en las instituciones locales y entre la comunidad.