El pasado 29 de abril, Omar Esparza acompañado por otras personas y organizaciones solidarias, inició una huelga de hambre frente a la Sede del gobierno de Oaxaca en el Distrito Federal, en exigencia de justicia por los asesinatos de Bety Cariño y Jyri Jaakkola, ocurridos hace 4 años en la región triqui.
CODIGO DH se suma a esta exigencia y hace extensivo su reconocimiento a la tenacidad de Omar y su famila para seguir demandando Justicia, para exigir el cumplimiento de las órdenes de aprehensión libradas y que no han sido ejecutadas, como señala en su último comunicado; por su lucha en contra de la impunidad.
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A cinco días de Huelga de Hambre. Porque NO existe memoria sin justicia, ni paz sin verdad.
A la solidaridad de la gente y de los pueblos
A quienes resisten y enfrentan la persecución
A quiénes levantan su voz y son encarcelados injustamente
A quienes se organizan para no olvidar
En memoria de nuestros muertos luchan
Hoy cumplimos 6 días de acciones en la Jornada por la detención de los asesinos de Bety Cariño y Jyri Jaakkola, y 5 de ellos en huelga de hambre, acciones encaminadas para exigir justicia. Hemos contado con la solidaridad de muchas compañeras y compañeros, de nuestras familias que caminan a nuestro lado y demandan la detención de los asesinos. También, algunos presos políticos, acusados por defender la vida y la tierra, desde la cárcel se han pronunciado y sumado a nuestra huelga de hambre. Y, sobre todo, hemos tenido el apoyo de quienes están aquí acompañándonos con su presencia y solidaridad en esta huelga que demanda y confronta al estado para que procesen, bajo la leyes propias de un Estado de derecho, a los responsables de las muertes de Bety y de Jyri, de quienes recordamos sus palabras en nuestra memoria y nuestro corazón, y nos fortalecen para seguir adelante.
Y es que no existe memoria sin justicia, ni paz sin verdad. Por ello, es preciso volver a decir que Bety fue ultimada no sólo por los dirigentes del grupo paramilitar UBISORT, sino desde el gobierno priista de Ulises Ruiz Ortiz, quien a pesar de que es sabido que él robó, encarceló, reprimió al pueblo oaxaqueño, asesinó a dirigentes sociales, y que en su gobierno hubo desapariciones forzadas, vive en la impunidad por el acuerdo y los pactos entre la clase política y el gobierno.
¿Qué más podemos expresar? Llevamos cuatro años exigiendo justicia. La familia de Jyri y yo, como compañero de Bety, hemos tocado todas las puertas necesarias de las instituciones correspondientes; hemos escuchado las palabras huecas de autoridades, desde presidentes de la república a procuradores, ministros de relaciones exteriores, subsecretarios, fiscales, gobernadores y de cada una de sus instituciones estatales y federales encargadas de impartir justicia. Pero ya no creamos en sus falsas promesas.
Después de cuatro años, seguimos aquí, nuevamente gritando, exigiendo nuestra demanda que es la de miles de mexicanos que ven y viven en este país, donde no se puede estar peor: alto a la impunidad, a la corrupción. Son las propias víctimas de este país quienes han puesto nombre y rostro a los agresores, porque las instituciones son obsoletas, incompetentes y corruptas; y aun así, siguen demandando justicia.
¡Por eso estamos aquí, y aquí seguiremos! Por plena conciencia, porque queremos a los responsables en la cárcel, porque queremos justicia en México, porque exigimos que se cumpla la ley. Hacemos un llamado desde este lugar para que nuestra voz se escuche mediante ustedes, quienes resienten y enfrentan la persecución del estado, del crimen organizado o los grupos de poder; quienes levantan la voz o son encarcelados por demandar sus derechos y defender al pueblo; quienes se organizan para no olvidar las vejaciones y las violaciones a nuestros derechos. Por la memoria de nuestros muertos. Por los que luchan por la vida.
¡Justica para Bety y Jyri!
¡Detención de los asesinos Ya!
¡No más impunidad!
¡La omisión es complicidad!