En los últimos años, el ejercicio periodístico en México se ha visto inmerso en una ola de violencia que cada día va en aumento, la labor de las y los periodistas ha sido vulnerada por las agresiones de poderes del Estado y personajes que ya hemos ido conociendo, con nombre y apellido. Ante este panorama, las y los periodistas han tenido una sola respuesta, la impunidad.
Cuando pensábamos que los ataques a la prensa habían llegado a su máximo, casi terminamos el mes de marzo de 2017, con tres asesinatos de periodistas de distintos estados del país.
La Secretaría de Gobernación (SEGOB) tiene hoy un monstruoso elefante blanco llamado Mecanismo de protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas y la Fiscalía Especializada de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) de la Procuraduría General de la República (PGR) que debe rendir ya, cuentas claras y explicar su inoperancia y por qué en seis años de existencia, solo ha acumulado un total de 900 averiguaciones abiertas por delitos contra periodistas, donde solo dos de ellas han concluido en condena, con el 99.5 de los casos aún pendientes de recibir justicia.
Esta tarde nos manifestamos también las organizaciones civiles, junto con periodistas y comunicadores de Oaxaca para que dejemos de hablar de cifras y estadísticas, para exigir justicia.
“Basta de ignorar a reporteros que acuden a un MP a poner una denuncia. Basta de perder expedientes. De opacidad, de criminalizar. Basta de evadir la facultad que tiene la FEADLE para atraer las investigaciones y explorar la línea de la labor periodística como motivo de un asesinato, desaparición y agresión”
Fueron las exigencias de este día durante la concentración en protesta por los asesinatos de periodistas cometidos en México.
“Basta de dilatar las medidas de protección. Basta de imponer medidas irracionales para una labor compleja como lo es reportear. Basta de mantener funcionarios de primero, segundo y tercer nivel responsables de procesar inadecuadamente la protección a quienes se acogen el mecanismo como última opción. Basta de poner peros burocráticos cuando la reglamentación de la ley de protección ordena el principio pro persona en riesgo bajo los más estrictos estándares internacionales”, fueron los reclamos.
Son los periodistas quienes transmiten y acompañan la labor de la defensa de los derechos humanos, la defensa de la libertad de expresión, son la voz de los pueblos que al igual que Oaxaca, Chihuahua y el resto del país, luchan por sus territorios y ante los despojos y luchan contra un sistema que no solo asesina a periodistas, también desaparece, encarcela y reprime a sus comunidades indígenas.
“Ya no queremos más iniciativas. Ya no queremos salir a gritar el nombre de nadie más. ¡No se mata la verdad matando periodistas! “