Conocer las cifras de víctimas de tortura se hace difícil ante el subregistro de casos. En muchas otras ocasiones las víctimas no interponen denuncia alguna, porque ya no quieren revivir los momentos dolorosos por los que atravesaron, además del temor a represalias y la impunidad y protección que existe a los perpetradores.
En Oaxaca a través de información que la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) tiene en el periodo de 2011 a 2012, se tienen registradas 19 quejas por Tortura, apuntando como responsables a Autoridades Municipales, personal de la PGR y de la Secretaría de Seguridad Pública.
Es importante mencionar que en diciembre del 2012, la DDHPO emitió la recomendación 11/2012, en donde acreditó violaciones a derechos humanos, principalmente la Detención Arbitraria y Tortura en contra de simpatizantes del movimiento YoSoy132. Recomendando la investigación de los hechos y la Reparación Integral a las víctimas, que incluye la atención médica y psicológica.
Las víctimas y sobrevivientes de tortura tienen el derecho a una reparación justa tal como lo marca el Artículo 14 de la Convención contra la Tortura, todo Estado Parte velará por que su legislación garantice a la víctima de un acto de tortura la reparación y el derecho a una indemnización justa y adecuada, incluidos los medios para su rehabilitación lo más completa posible. En caso de muerte de la víctima como resultado de un acto de tortura, las personas a su cargo tendrán derecho a indemnización.
Como parte de este proceso de reparación, es necesario echar a andar programas específicos de apoyo psicosocial a víctimas. En donde un punto fundamental es el análisis y la reflexión tanto de los efectos como de la capacidad de sobreponerse y de los mecanismos de afrontamiento que las personas utilizan.
La tortura es una práctica planeada y ejecutada por el Estado, con la finalidad de destruir a la víctima como ser humano, cuestionando su dignidad e identidad quebrantando su cuerpo y su alma, a través de la humillación, del dolor extremo y el sufrimiento psicológico. Esto hace que esta experiencia sea altamente traumática en la vida de las víctimas, de sus familiares y de la sociedad.
Recordamos que en 1997 la Asamblea de la ONU, proclamó el 26 de junio como el Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, con vistas a la erradicación total de la tortura y a la aplicación efectiva de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, que entró en vigor 10 años atrás. En este marco se hace necesario seguir en la exigencia de su prohibición y del reconocimiento de las víctimas y de su inalienable derecho de ser reparadas plena e integralmente por las secuelas físicas y psicológicas que esta experiencia les ha dejado a ell@s y sus familias.
A más de 20 años de que entró en vigor la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes, hoy en día esta práctica sigue siendo común en muchos países. En México se ha identificado como una práctica con finalidades concretas como, investigar delitos, para infringir algún castigo, fundar temor y control social, disipar movimientos sociales y de resistencia, entre otros.