La protesta iniciada por jóvenes de la Universidad Iberoamericana (Ibero) el pasado 11 de mayo, a raíz de la visita del candidato del Partido Revolucionario Institucional Enrique Peña Nieto, tuvo un impacto que ni los mismo estudiantes de esa universidad imaginaban. En respuesta a la descalificación de los medios televisivos, principalmente televisa y tv azteca, que los llamaron porros y acarreados de Andrés Manuel López Obrador, 131 jóvenes subieron un video a youtube en donde mostrando sus credenciales, desmentían las versiones presentadas a nivel nacional por las televisoras.
En los últimos 20 años, la educación en el país paso de ser un derecho a un privilegio. Los ánimos privatizadores de los gobiernos neoliberales han fomentado la educación privada y han disminuido los presupuestos para las educación pública, lo que limita el acceso a la educación no solo básica, sino también a la educación superior. Los universitarios terminaron siendo un sector privilegiado de la sociedad mexicana con acceso a internet, una de las herramientas claves para el acceso a la información más allá de los monopolios mediáticos, lo que hace posible la construcción de una opinión y reflexión mucho más amplia de los problemas.
Por ello, no extraña que el internet y las redes sociales sean el nuevo elemento de las protestas estudiantiles y mundiales. El movimiento se autonombró #Yo soy 132 y sumó rapidamente a las universidades y escuelas públicas, como lo demostró la marcha del 24 de mayo, realizada no sólo en centro del país sino en varios estados de la república, incluida Oaxaca donde l@s jóvenes manifestantes exigieron “medios libres” frente a las instalaciones locales de televisa y tvazteca.
En un principio, los ejes del movimiento fueron el rechazo total al candidato Enrique Peña Nieto y al manejo tendencioso que las televisoras venían haciendo de la contienda electoral, reconociendo una falta al derecho de libertad de expresión. En este momento el movimiento paso de estar en contra de un candidato específico, a estar en contra de la clase político-empresarial que pretende imponer un candidato, pasando por un análisis estructural del país en los términos histórico, económico, social y cultural.
El movimiento #Yo soy 132, evidencia que en realidad todos somos los agraviados por la política económica impuesta en el país, si no lo era al inicio, el movimiento es ahora antineoliberal y demanda nuestro derecho a estar bien informados, pero sobre todo evidencia que el derecho a la protesta es más vigente que nunca, y que todos tenemos derecho a protestar. Por ello, la gran simpatía que ha generado entre los jóvenes y otros sectores organizados.
Los universitarios ahora saben que tienen un poder de información dentro de las redes sociales equiparable al poder de las televisoras y de los medios masivos de comunicación, pero saben también que si esta información no sale de las redes sociales y llega a las calles, el movimiento no podrá ampliarse y mantenerse más allá de las elecciones. Los performances, las intervenciones artísticas, los bailes, la propia “locura juvenil” y la misma condición de estudiantes, ha venido a revitalizar no solo a los movimientos sociales, sino a la contienda electoral misma.
El movimiento #Yo soy 132 ha obtenido varios logros, entre ellos el Debate entre los candidatos del pasado 19 de junio, transmitido via youtube. Sin embargo, ha habido agresiones también; en los últimos días en Oaxaca se han suscitados ya dos incidentes entre manifestantes del movimiento y militantes priistas, como ocurrió el pasado 21 de junio en Juchitán y 24 en la Ciudad de Oaxaca, lo que obliga a desarrollar estrategias de monitoreo y defensa con la participación de organismos civiles defensores de derechos humanos.
Las miradas son amplias y los universitarios si bien han centrado sus acciones más inmediatas de aquí al 1 de julio, no quiere decir que con las elecciones se termine el movimiento. Las reflexiones de los jóvenes sobre la necesidad de un cambio estructural del país, no limitan su actuar al proceso electoral, esta nueva plataforma de lucha, de lucha por ahora estudiantil y universitaria pero que cada día se amplia mucho más, es desde ya un motor de cambio en el país.